En definitiva, su especialísima forma de vida que adquiere, sus matices supremos en la Semana Santa y en su feria de agosto, reflejan filosofía de un respeto y cariño profundo por sus más seculares costumbres que el malagueño siente hasta sus raíces. Si a ello le unimos su clima, sus maravillosas playas, su extraordinaria gastronomía, su derroche callejero de cultura popular, que todo lo convierte en sentimiento de cariño, hace que cualquiera pueda sentirse en Málaga, como en su propia casa.
Esa esencia malagueña, la encontramos en su Semana Santa, con ese impresionante movimiento
cofradiero, que hace vibrar a Málaga en la Semana de Pasión; con el desfile procesional de sus pasos monumentales por sus calles y que inunda durante todo el año la vida social malagueña.
Sus fiestas de agosto, esencia pura de la convivencia, transmitidas en las notas de unos verdiales que arrancan desde el tiempo, en el sentimiento más profundo, nos hacen sentir más cerca a esa Málaga "cantaora" que unas veces nos adentra en la historia y otras nos proyecta hacia el futuro.
Que maravilla degustar la sopa de boquerones, sopa malagueña, gazpachuelo, sopa de ajos, gachas, berzas de coles, cazuela de fideos y otros exquisitos platos de la rica cocina malagueña.
Sus comunicaciones actuales, con accesos por autovía o autopista, desde cualquier punto, su aeropuerto, junto a la estación de ferrocarril y puerto, completan un centro de comunicaciones de excepcional importancia para toda la Costa del Sol.
Málaga, que poco a poco va encontrando su espacio, puede convertirse en pocos años, en una de las capitales más brillantes del Sur de Europa.
Málaga posee un acervo cultural milenario y ha conservado, durante casi tres mil años, su esencia fundacional de ciudad acogedora de pueblos. Así, desde los fenicios, comerciantes emprendedores que descubrieron la navegación como una forma de comunicación y progreso entre los pueblos hasta hoy, donde nuestra ciudad se muestra al mundo como un cruce de la cultura internacional, nacional y local, Málaga posee una riqueza cultural asentada en su pasado y también en su desarrollo actual